Páginas

viernes, septiembre 09, 2016

VOLVERÁ VENGATIVA LA REALIDAD

Por HERMANN TERTSCH
ABC  Viernes, 09.09.16


Nadie habla de que no cumplimos nada de lo que prometemos como miembro de la Unión

COMO el odio ha asumido ese papel tan intenso y determinante en nuestra vida política que no había vuelto a tener desde las vísperas de la Guerra Civil, ya ha dejado de importarnos casi toda otra consideración que no sirva para el intercambio de golpes en este frenesí. El retorno de las trincheras y los obscenos personalismos que esas trincheras tan intensamente favorecen nos hacen olvidar que hay en el mundo más allá de nuestras miserias otras cosas que también nos afectan y muchas con un enorme potencial para hacernos la vida mucho más difícil y desagradable. Rige aquí ya la insensatez total que lleva a periodistas a decir que estamos mejor sin gobierno y a los políticos a creer en serio que todo lo perdonará y arreglará el improbable éxito propio en esta siniestra verbena de pulsos innobles. Y creen que después de esto podrán gobernar y pretender probidad. Tan frenéticos en el odio, tan ajenos a la realidad. Tenemos tal guirigay que nadie presta atención, por ejemplo, a que el nuevo partido alemán Alternative für Deutschland (AfD) ya ha dicho que urge un procedimiento de exclusión del euro para obstinados no cumplidores como España y Portugal.
Beatrix von Storch, europarlamentaria y jefa del partido derechista en Berlín, ha declarado que la troika ha fracasado estrepitosamente con Portugal y con su intervención limitada en España. Y que hay que preparar ya un procedimiento para la exclusión del euro de estos dos países «porque si no va a ser Alemania la que se vaya». La señora Von Storch no pertenece ya a un grupúsculo derechista, sino a un partido que va camino de ser decisivo en Alemania después de las elecciones federales en septiembre del 2017. Pero Von Storch y el AfD no están solos. Comparten su opinión cada vez más líderes en el norte de Europa, donde está ya extendida la tesis de que el euro fue introducido con precipitación y mucho error y que para salvarlo tendrá que convertirse en una moneda de muchos menos, mucho más disciplinados. Son partidarios de reconocer un fiasco antes de que este se lleve por delante muchas otras conquistas europeas, además de la estabilidad financiera y el bienestar económico de quienes sí pueden organizarse para cumplir las reglas. Pero incluso los defensores del euro actual están desesperados ante el desprecio a la realidad que muestran todos los políticos españoles. El debate estallará en el año electoral francés y alemán. Todos saben que el euro y toda la UE pasan por una situación de fragilidad extrema y que todo puede causar daños que condenen de forma irreversible el proceso. Si no lo han hecho ya las decisiones de Merkel sobre refugiados.

Apenas nadie habla aquí de que no cumplimos ya nada de lo que prometemos como miembro cada vez más difícil de la Unión. En octubre tendríamos que tener un presupuesto que al menos pretendiera no volver a engañar a sus socios con «cuentas griegas». Para entonces estará claro que volvemos a superar todos los techos de déficit, olvidado ya el objetivo inicial que el Gobierno nunca tuvo intención de cumplir. Tampoco a la oposición le importa, toda ella de acuerdo en que el déficit sea aún mayor y deseosos de disparar el gasto público. El plan de Ciudadanos con el PP era un aperitivo. Y el PP allá donde gobierna como en Madrid presume de ser campeón de la beneficencia socialista y de emular originales fórmulas de endeudamiento. La política española, por el odio referido, por la mediocridad fruto de su selección negativa, por las necias fantasías revolucionarias de su izquierda, por la falta de criterio y principios de su derecha, se ha desentendido de la realidad. Cuando la despreciada realidad nos revisite, que lo hará, aquí va a haber más que pánico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario